Cada uno busca su animal interior que le da su fuerza, valor o coraje
para encarar su vida.
Los nativos americanos esto lo tienen muy asumido, y se sumergen en un viaje
a través del bosque para hallar esa comunión con la naturaleza. Su tótem o animal protector que puede ser un águila, un oso o un lobo, y también incluso un búho o un ratón.
Los mesopotámicos, y más tarde los griegos, tienen figuras de animales
en sus horóscopos para explicar la personalidad, por ejemplo, el ser
obstinado de Aries con el carnero, o la incongruencia de Piscis con los peces que van contracorriente.
Los egipcios ya los endiosaban representándolos con figuras antropomórficas con cabeza de animal. (Véase su culto por los gatos). Sus homólogos, en cuanto a cultura piramidal se refiere, los mayas también endiosaban a los animales, como su serpiente emplumada.
En la cultura china está más claro, puesto que cada año está dedicado a
un animal. El mono juguetón que da sorpresas o el caballo que acelera o retrasa los procesos.
Yo, por ejemplo, según mi fecha de nacimiento, soy un carnero ascendiente león para los griegos, un tigre para los chinos y un jaguar para los aztecas. Sin embargo, para los egipcios soy la serpiente. Así que debo asumir que soy una fiera peleona ;-)
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